Organizados avanzamos

Al asumir el cargo de regidor en esta administración municipal, me comprometí a no ser un funcionario público de escritorio, por eso estamos recorriendo todas las colonias, no para conocer las problemáticas y quejas de los chihuahuenses, eso también lo padecemos y conocemos, la intención de las reuniones que empezamos es para extender un puente directo con las y los ciudadanos, conocernos y organizarnos.

La organización ciudadana es el pilar de las grandes sociedades, y en Chihuahua adolecemos de cierta empatía para con los demás, posiblemente porque existe una idiosincrasia apegada al individualismo que se ha promovido desde la cultura del consumo, nuestra cercanía con Estados Unidos y el modelo de vida que se difunde en los grandes medios.

Sin embargo, esta forma de actuar no es un tatuaje, los chihuahuenses en su mayoría tenemos raíces surgidas en comunidades rurales, pueblos, ejidos del viejo Chihuahua, en donde las comunidades y sus individuos sostenían redes vecinales y de mucha organización, así surgieron las grandes ciudades de nuestro estado, está en nuestra sangre extender una mano para ayudar al otro, y este origen de bondad aún existe, lo estamos viviendo.

En los recorridos que hemos realizado no encuentro esa “Suiza” que presumen quienes ahora ostentan el poder en nuestra ciudad, en verdad que no encuentro esa ciudad que presumen en sus discursos como “la segunda mejor para vivir”, y no es que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), este mintiendo o su trabajo esté mal al analizar los resultados anuales del Índice de Competitividad Urbana del año pasado, se trata de una medición fría que luego se intenta convertir en la narrativa del “Chihuahua prospero”.

Competitividad es un concepto que debemos dejar de utilizar para las mediciones sociales, porque esta narrativa contrasta con la realidad, en donde el ejemplo de unos pocos en donde todas las mañanas las y los chihuahuenses despiertan para ir a trabajar, toma una taza de café, algunos desayunan y otros no por tiempo, acuden a sus centros laborales, cumplen su turno y regresan por las tardes y noches con sus familias, como una bonita película Hollywoodense, se cae a pedazos a pocos minutos de donde se presumen estas escenas.

La realidad para miles de chihuahuenses nada tiene que ver con esta visión del “echaleganismo”, porque cada día es una penitencia por sus condiciones y circunstancias socioeconómicas que los gobiernos deben atender, pero pareciera que para nuestra ciudad, simplemente no existen.

Por más que se haya intentado impregnar esa forma de ver las cosas en nuestra ciudad, no es una realidad para la mayoría, y cosas tan básicas como el agua potable, el alumbrado público y la mínima seguridad para cuidar del patrimonio de las familias, no lo tienen, es muy lamentable que en la segunda ciudad “mejor para vivir”, estas sean las condiciones en las que se encuentran los chihuahuenses.

Y ni se hable del transporte público, que empieza a cobrar sentido para muchos chihuahuenses por la saturación de las calles y avenidas por la enorme cantidad de vehículos ante la ausencia de un transporte público, no digamos medianamente decente, es que ni siquiera existe para miles de familias en las periferias de la ciudad, quienes no pueden acceder a comprar un carro y sin embargo, todos los días se levantan dos o tres horas más temprano para caminar y luego abordar los camiones, y de regreso la misma historia, ¿la segunda ciudad mejor para vivir?

En nuestro movimiento aprendimos que organizados es la única forma en que las cosas cambiaron en todo el país, la cuarta transformación debe llegar a Chihuahua, no con los militantes de morena y aliados, la cuarta transformación está en cada mujer y hombre que quiere y lucha por una mejor calidad de vida, en todos los aspectos, no esperaremos a que la caridad y la “buena voluntad” de las autoridades lleven a las colonias los servicios que son un derecho, organizados avanzaremos en las colonias, los barrios, las calles y los espacios públicos. Venceremos.