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El Presupuesto Estatal 2025 de Chihuahua destaca como un ejemplo de responsabilidad financiera y enfoque en sectores estratégicos para garantizar el bienestar de su población. Sin embargo, este esfuerzo contrasta con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025, que exhibe un alarmante déficit, decisiones cuestionables y una distribución de recursos que desfavorece a estados productivos como Chihuahua.
Con un incremento real del 3.5%, el presupuesto estatal alcanza $107,570 millones de pesos, priorizando áreas esenciales como educación, seguridad, salud y desarrollo rural. Este crecimiento se logra sin recurrir a deuda de largo plazo, reduciendo el pasivo circulante a $4,481 millones, el nivel más bajo en siete años. La educación cuenta con $33,446 millones, consolidando mejores oportunidades para las nuevas generaciones. La seguridad pública, con $13,920 millones, refuerza la protección de las familias, mientras que los $10,314 millones asignados a salud fortalecen la infraestructura médica y amplían los servicios.
El sector rural, históricamente marginado, recibirá un aumento significativo del 55%, con $1,442 millones, de los cuales $1,000 millones estarán destinados a mitigar la sequía. Además, la creación del Fondo de Infraestructura, financiado con un 1% adicional del Impuesto Sobre Nómina, garantiza recursos permanentes para obras públicas sin comprometer el futuro financiero del estado.
En contraste, el PEF 2025 prioriza programas sociales, pero descuida sectores estratégicos. Mientras la Pensión para Adultos Mayores recibirá $483 mil millones y las Becas Benito Juárez $132 mil millones, la salud sufrirá un recorte del 34%, equivalente a $34,420 millones menos, afectando la atención médica y la modernización de hospitales. La seguridad también será perjudicada, con un ajuste del 36% que limita la respuesta ante la creciente violencia.
El déficit del PEF 2025, equivalente al 3.9% del PIB, supera el billón de pesos y será financiado con deuda pública, elevando el endeudamiento al 51.4% del PIB. Además, el pago de intereses ascenderá a $1.4 billones, reduciendo los recursos para infraestructura, cuya inversión apenas representa el 2.8% del PIB. Chihuahua, que aporta significativamente a la recaudación nacional, recibe solo 35 centavos por cada peso generado, mientras estados como Chiapas obtienen tres. Esta disparidad perpetúa un federalismo fiscal que premia la improductividad y limita a quienes más contribuyen.
Mientras el Gobierno Federal descuida áreas fundamentales, Chihuahua mantiene su compromiso con la inversión en carreteras, hospitales y escuelas, utilizando recursos propios. La falta de apoyo desde 2021 obliga al estado a enfrentar estos desafíos por sí mismo, mostrando una capacidad de gestión que debería ser respaldada por un trato más justo.
El Presupuesto Estatal 2025 demuestra que se puede gestionar con visión y responsabilidad. Sin embargo, es indispensable replantear el modelo de federalismo fiscal para garantizar que los estados que más aportan al desarrollo del país reciban recursos proporcionales a su esfuerzo y contribución.