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CHIHUAHUA, Chih., 7 de marzo de 2025.- La semana pasada hablamos de lo que no se ve y de lo que nos une. De la realidad que las mujeres enfrentamos todos los días en Chihuahua, de la violencia que nos persigue, del trabajo que no se paga, de la desigualdad que se normaliza. Pero hoy, no basta con quedarnos en el análisis. El 8M debe ser más que una fecha para visibilizar, debemos concentrar todos nuestros esfuerzos y acciones en generar un cambio. Por eso, desde el Congreso, estamos impulsando 8 acciones legislativas que no solo levantan la voz, sino que buscan transformar realidades.
En materia económica, y considerando la realidad de muchas madres de familia que se ausentan del mercado laboral por un tiempo considerable, exhortaremos al gobierno federal a implementar medidas que faciliten su reincorporación al empleo formal. En este sentido, proponemos que las jefas de familia que regresen al mercado laboral sean exentas del Impuesto sobre la Renta (ISR) durante su primer año de trabajo, como un incentivo para fortalecer su estabilidad económica y fomentar su desarrollo profesional.
La violencia digital es otra deuda pendiente. No basta con decirle a las mujeres que “tengan cuidado” en internet. Es el Estado quien debe garantizar su seguridad en línea. Por eso, exigimos que la Fiscalía fortalezca los protocolos de investigación y sanción en estos delitos. Además, impulsamos la creación de un registro de agresores digitales en Chihuahua, porque quienes han sido sentenciados por violentar mujeres en redes sociales o plataformas deben ser identificados para evitar la reincidencia.
La salud no puede seguir siendo ajena a la perspectiva de género. La violencia contra las mujeres deja marcas visibles e invisibles, y el sistema de salud debe atenderlas. Proponemos protocolos obligatorios en todos los niveles de atención para que las víctimas no sean revictimizadas y para que se entienda que la violencia es un factor determinante en la salud. Además, queremos que en escuelas y centros de salud haya programas de detección temprana de depresión, ansiedad y trastornos alimenticios en niñas y adolescentes. Es inadmisible que sigamos ignorando una crisis de salud mental que está cobrando vidas.
La participación política de las mujeres tampoco puede quedarse en discursos. Necesitamos datos, mediciones y estrategias claras para que cada vez más mujeres estén en los espacios de toma de decisiones. No queremos ser una cuota, queremos ejercer el poder con la misma legitimidad que los hombres. Y en la educación, exigimos incentivos para que más mujeres ingresen a sectores estratégicos como la ciencia y la tecnología. No es una cuestión de capacidad, es de acceso, de oportunidades y de romper barreras.
No se trata de buenas intenciones ni de compromisos simbólicos, el 8M es un día de memoria y de lucha. Y la lucha no es solo de las mujeres. Es de toda una sociedad que debe entender que sin justicia e igualdad, no hay democracia ni desarrollo posible. Desde el Congreso, seguiremos legislando con alma y corazón por Chihuahua. Porque la igualdad no puede seguir esperando. Es ahora, y es con hechos.