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QUERÉTARO, Qro., 1 de junio de 2025.- Tenía solo 13 años cuando la tragedia marcó su destino. El 13 de noviembre de 1985, la erupción del volcán Nevado del Ruiz en Colombia arrasó con la ciudad de Armero, dejando más de 25 mil muertos. Entre los escombros, una historia se volvió símbolo del desastre: la de Omayra Sánchez.
Atrapada en los restos de su casa, donde murieron su padre y su tía, Omayra logró sacar parte de su cuerpo por una grieta. Estaba atrapada de las piernas, hundida entre maderas, escombros y agua.
Durante más de 60 horas, luchó por su vida, manteniéndose consciente, cantando, sonriendo e incluso hablando con periodistas y rescatistas. Los buzos que evaluaron la escena concluyeron que solo podían sacarla amputándole las piernas, una operación imposible en esas condiciones.
Sin los recursos necesarios, cualquier intento de liberarla habría provocado su muerte inmediata. Para evitar que se hundiera, los rescatistas le colocaron una llanta a modo de flotador.
Ella entendió lo que ocurría. Su cuerpo ya daba señales del colapso: infecciones, hipotermia, alucinaciones y el rostro hinchado.
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