Con Morena la gente se siente más insegura: Moreira
Para nadie es un secreto que el agua es un recurso vital para la supervivencia humana y el desarrollo de las ciudades, esto es lo mismo en todas las ciudades, todos los países y la gestión del agua en las áreas urbanas es un desafío creciente debido a la demanda, la escasez de recursos y la contaminación del medio ambiente.
Por ello he insistido en este mismo espacio sobre la necesidad imperante de cuidar el medio ambiente y de tratar de recomponer lo que ha sido destruido o extinguido por los propios seres humanos.
Una de las soluciones para abordar este desafío es el aprovechamiento del ciclo urbano del agua, que implica la gestión integral del vital líquido en las ciudades, desde su captación hasta su reutilización y reciclaje.
El ciclo urbano del agua se refiere al proceso por el cual el agua se capta, se trata, se distribuye y se utiliza en las ciudades, y luego se recoge, se trata y se reutiliza o se vierte en el medio ambiente para distintos temas.
Se incluyen varias etapas, entre ellas, la captación de agua superficial o subterránea, el tratamiento de agua potable, la distribución de agua a los hogares y las industrias, la recolección y tratamiento de aguas residuales.
Este rubro trae también muchos beneficios que pueden ayudar a calmar las necesidades tan apremiantes de consumo de agua en muchas comunidades o ciudades en donde realmente se enfrenta una crisis por la escasez del líquido, por ejemplo:
Al reutilizar y reciclar el agua, se reduce la demanda de agua potable y se conservan los recursos hídricos; también hay reducción de contaminación, debido a que al tratar y reutilizar las aguas residuales, se evita verter en grandes cantidades los contaminantes que contienen.
Los expertos en el tema, aseguran que también hay otras oportunidades, pues a través de procesos de este tipo se puede aprovechar la llamada energía hidráulica y la biomasa de las aguas residuales para generar energía renovable.
Además, la implementación de sistemas de aprovechamiento del ciclo urbano del agua puede ser generador de empleos en la construcción, mantenimiento y la operación de este tipo de sistemas.
Pero lo más importante, creo que este tipo de sistemas tienden a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, principalmente debido a que al proporcionar agua potable y el saneamiento adecuado, se reduce la incidencia de enfermedades relacionadas con el agua.
Existen varios ejemplos de aprovechamiento del ciclo urbano del agua en todo el mundo, por ejemplo:
En Singapur, este sistema recoge y trata las aguas residuales de la ciudad y las reutiliza para la generación de energía y la irrigación de jardines y parques.
En Barcelona sucede lo mismo.
En Curitiba, Brasil, este sistema recoge y almacena las aguas pluviales para su reutilización en la irrigación de jardines y parques.
En fin aquí en Chihuahua y en México también se utiliza un sistema para reutilizar el agua potable, principalmente para el riego de los parques y árboles en camellones centrales, pero la verdad es que no se conoce el proceso a fondo y seguramente habrá oportunidades de mejora.
Por otro lado, el aprovechamiento del ciclo urbano del agua también presenta desafíos y oportunidades que deben ser abordados, como la inversión en infraestructura.
Lamentablemente se trata de una acción que aparentemente o mediáticamente no deja ver beneficios, aunque en realidad, debieran ser actividades considerada como vitales en el mundo.
Otro de los retos se encuentra en educar a la población sobre la importancia del cuidado del agua. Se han hecho esfuerzos importantes por los gobiernos a través de los años, sin embargo, aún existen personas que desperdician el vital líquido sin ninguna consideración, por ello, creo que quien sea sorprendido tirando el agua debe ser sancionado por las autoridades.
Es necesario desarrollar regulaciones y políticas que apoyen el aprovechamiento del ciclo urbano del agua y promuevan la sostenibilidad. Invertir en tecnología e innovación para mejorar la eficiencia para el aprovechamiento del agua debe ser una realidad en los gobiernos, en la iniciativa privada, pero también debe, por lo menos, darse un cambio en la manera en que los ciudadanos consumimos el vital líquido.