
Detienen a tres presuntos homicidas de chofer de plataforma
Nuestro nombre oficial como país es “Estados Unidos Mexicanos” y el de nuestro estado es “Estado Libre y Soberano de Chihuahua”. Así es: libre y soberano, como lo marca el artículo 40 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Nacimos libres y soberanos de nosotros mismos. Hoy, frente a los retos y amenazas que enfrentamos en Chihuahua, y que acechan nuestra autonomía, es necesario reafirmar lo que siempre ha sido una realidad: Chihuahua no está, ni estará jamás subordinado a ningún otro poder, ni dentro ni fuera de nuestras fronteras. ¿Qué ha pasado entonces? Que hemos cedido terreno con el devenir histórico, por la promesa supraestatal de un bien más elevado.
Al pertenecer a una nación como México, se asumió que la unión traería prosperidad. Pero en la actualidad, nuestro amado estado no está siendo tratado como un aliado estratégico y fraterno. El régimen centralista nos ha abandonado a nuestra suerte en muchos campos, desde el educativo hasta el de seguridad y el acceso a la salud. Nuestros ciudadanos en el norte han sido ignorados. Es tiempo de que Chihuahua diga basta. Hasta aquí el mal trato. Basta de centralismo mortal. Basta de la bota autoritaria de un régimen que exprime al norte para servirse a manos llenas.
Basta de que Chihuahua no tenga voz ni voto en decisiones fiscales. Tenemos derecho a identificarnos primero como chihuahuenses, antes de rendir tributo al centralismo. Basta de que Chihuahua sacrifique sus intereses para cumplir primero con los caprichos del régimen centralista. Porque lo puedo decir más alto, pero no más claro: ¡Chihuahua primero que todo!
Debemos blindar nuestra Carta Magna contra el régimen presente y futuro. Porque la soberanía se protege con la vida, pero no para proteger intereses particulares y sacrificar a los chihuahuenses. Porque no se puede hablar de un Estado libre y soberano si no se anteponen los valores e intereses de los chihuahuenses.
Hemos sido testigos del deterioro cualitativo en: Federalismo; División de poderes; Despilfarro de recursos; Aumento del crimen organizado; Falta de transparencia; Deterioro institucional. Por ello, es imperativo blindar nuestro Estado Libre y Soberano y, en términos republicanos, replantearnos si el federalismo voluntario al que nos hemos suscrito debe reformularse de manera impostergable.
Como el primer servidor de los chihuahuenses, no podré jamás quedarme de brazos cruzados, cuando se pisotea una y otra vez nuestra soberanía, cuando se desprecia a nuestro norte patria, cuando se nos pretenden imponer visiones que aquí no compartimos.
Es por eso que he presentado desde la tribuna del Congreso del Estado la reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Chihuahua, para decretar en nuestra Carta Magna que esta entidad es libre y soberana, con plena autonomía para organizarse conforme a su Constitución, sin estar subordinada a ningún otro orden de gobierno ni sujeto a imposiciones. Se decreta que su territorio, gobierno e instituciones son inviolables, y cualquier acto que atente contra su soberanía será rechazado.
Soy Francisco Sánchez Villegas, el primer servidor de los chihuahuenses, y podré decirlo más alto, con mayor potencia sonora, pero no más claro. ¡Chihuahua primero que todo!