
Supervisa Fiscal construcción de la Fiscalía de Zona Noroeste
El reciente decreto del Fovissste, promovido como un supuesto alivio para los deudores, en realidad es una medida llena de candados que excluye a la mayoría de los acreditados. Según los requisitos difundidos, para poder acceder al "beneficio" es necesario cumplir simultáneamente con tres condiciones: pagar el doble de lo originalmente adeudado, tener al menos 60 años de edad y haber pagado durante 20 años.
Estas condiciones evidencian que el decreto no está diseñado para resolver de fondo el problema del endeudamiento, sino para limitar al mínimo el número de beneficiarios reales. Se convierte, más bien, en una trampa burocrática donde pocos podrán cumplir todos los requisitos. En lugar de ofrecer una reestructuración justa o una condonación proporcional, se impone un castigo disfrazado de ayuda.
El remate cínico, reflejado en la frase popularizada ("si falta uno te mandan al rancho de AMLO"), exhibe la decepción y el enojo de muchos trabajadores del Estado. Porque lejos de ser un acto de justicia social, el decreto reproduce la lógica neoliberal: pagar más, trabajar más tiempo y, aún así, enfrentar obstáculos interminables para alcanzar la propiedad plena de su vivienda.
En conclusión, este "apoyo" no es más que otro ejemplo del doble discurso gubernamental: prometer alivio mientras se afianza la explotación y el abandono de quienes han servido durante décadas al país.
Trabaja, paga, envejece y muérete... pero la casa, esa jamás será tuya sin sangrar hasta el último peso.