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Aprueba Congreso venta de terreno a Gruma a precio preferencial
Les escribo como militante, como amigo, como compañero de lucha y como alguien que ha creído en esta causa con todo lo que eso implica. Hablo desde la lucha que libramos día con día en defensa de la democracia en nuestro país. Como orgulloso panista, pero también desde la preocupación profunda de saber que estamos en una encrucijada: o corregimos el rumbo de una vez por todas, o seremos testigos del fin del PAN como una opción real para México.
No podemos seguir ignorando la realidad. El PAN está más frágil que nunca, no por culpa de una sola cúpula o de decisiones individuales, sino por responsabilidad de todas y todos los que, como ciudadanos y panistas, hemos dejado de lado el interés del bien común para anteponer intereses particulares. Nos hemos enfocado más en criticar a nuestra oposición interna que en ser una verdadera opción para la ciudadanía.
Mientras tanto, MORENA ha sabido aprovechar nuestros errores, tanto por la buena como por la mala. México está siendo sometido a un modelo de concentración de poder que no habíamos visto en décadas. Si el PAN no se levanta con fuerza, no habrá un contrapeso real, y eso significará el fin de lo que queda de nuestra democracia.
Más allá de los intereses individuales, el desafío que enfrentamos no es sobre grupos internos ni sobre filias o fobias, es sobre la existencia de un país con instituciones fuertes y una oposición capaz de defenderlo.
Hace algunos años, un maestro del derecho electoral me dijo una frase que hoy cobra más sentido que nunca: “Por encima de mis intereses están los de mi familia; por encima de los de mi familia están los de mi grupo político; por encima de los de mi grupo político están los de mi partido y, por encima de los intereses de mi partido, están los de la nación.”
Esa es la base de lo que requiere nuestro partido hoy: unidad, visión y altura de miras, el cambio debe venir desde dentro.
Hace un tiempo, leí el libro de mi amigo Manuel Escobedo, Mi visión de partido: Apuntes sobre Acción Nacional, que hace un análisis extraordinario de la situación en la que nos encontramos y la urgencia de un cambio. Una de sus reflexiones más poderosas dice: “La voluntad debe comenzar en las esferas más importantes del partido: desde el dirigente, el consejo del PAN, pasando por los líderes panistas, hasta llegar a la militancia. Sin duda, la dinámica se vuelve complicada, ya que depende de la formación personal del dirigente, las razones por las que llegó al liderazgo y la ausencia de generosidad y confianza de los demás implicados.”
La única forma de recuperar la confianza de la ciudadanía es a través del ejemplo. El PAN surgió de la acción, del trabajo por una vida mejor y más digna para todos, esa es la esencia que debemos recuperar. Hoy, más que nunca, debemos recordar que no estamos solos en esta lucha. Estoy seguro de que tanto tú como yo compartimos esta visión y el deseo de seguir trabajando juntos por un mejor Chihuahua.