
Mira lo que hacen
Para presentar el libro estuvieron José Woldenberg y Rafael Pérez Gay; el segundo, además, es el líder de Cal y Arena, bajo cuyo sello aparece La Voluntad Invicta. De la Guerrilla al Compromiso Democrático.
Zambrano ha escrito un texto que será fundamental para conocer y entender el tránsito a una democracia que brilló a inicios de siglo y que ahora se encuentra en situación de peligro. La portada representa un primer mensaje: contiene una fotografía con dos adolescentes que decidieron arriesgar la vida para cambiar el país.
Jesús pasó por la cárcel, al igual que su hermano. Lo aprehendieron en Culiacán, con otros militantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre. En el enfrentamiento terminó con un tiro en la boca y el apodo del “traga balas”. Durante varios años ocupó una celda en una prisión de Sinaloa y allí se enteró de la muerte de su madre: La mujer que, con su presencia, le salvó la vida; la que una vez al mes viajaba más de diez horas para verlo.
Corría el año de 1990, y en el restaurante del Hotel San Jorge de Saltillo, una tarde de sábado, conocí al famoso Chucho Zambrano. Me miró con recelo. Las cosas mejoraron cuando el legendario Trinidad Morales Vargas, uno de los dirigentes, me “avaló” al manifestar nuestra amistad. Transcurrían los días del nacimiento del Partido de la Revolución Democrática. La insurgencia electoral del Cardenismo se transformaba en un partido competitivo, donde se agrupaban las distintas expresiones de la izquierda y uno que otro colado.
En la magnífica edición, el lector encontrará una versión de la historia reciente del país. Son cinco décadas en las cuales el niño guerrillero se transformó en un personaje fundamental en la construcción de un nuevo sistema político. Años de brega y tenacidad, de días malos y buenos; de una terca lucha por cambiar la realidad y de arriesgar el pellejo por una sociedad más justa.
La vida me llevó a la amistad de Zambrano. En los años de la universidad tuve las primeras noticias de él; su valor pesó en mi ánimo y simpatía: no cualquiera hace la revolución, y el “traga balas” intentó una. Después, se añadió una doble admiración: por su honestidad política y por los profundos e informados análisis que salen de su mente matemática.
En el auditorio se encontraba una familia orgullosa, viejos integrantes de la izquierda, sus compañeros de aquel esfuerzo extremo que significó la guerrilla, intelectuales, políticos opositores y periodistas. Pero también, y eso era notorio, un sentimiento de inconformidad en contra de un régimen que defraudó los anhelos de su generación. No hay duda: Morena traicionó las luchas democráticas de la izquierda.
El país se cae a pedazos; sin embargo, del libro me queda la seguridad, como lo afirma Zambrano, de que nada es irreversible.