
Calor y lluvias moderadas para hoy martes en Chihuahua: SMN
Chihuahua es una tierra dura, de cielos extremos y memoria profunda. Lo sabemos bien quienes vivimos aquí: cuando el clima golpea, golpea con fuerza. Lo vimos en 1990, durante el llamado Sábado Negro, cuando una tromba devastó a la capital y dejó decenas de vidas perdidas, casas arrasadas y cicatrices en barrios enteros. Esa tragedia marcó a toda una generación. Pero también nos enseñó algo que hoy vuelve a relucir: que el pueblo chihuahuense no se dobla, se organiza.
Esta vez no fue distinto. Las lluvias de finales de junio y principios de julio volvieron a poner a prueba a la ciudad. Zonas como El Porvenir, Los Minerales, Vistas del Norte y muchas otras vivieron inundaciones severas, calles convertidas en ríos y familias obligadas a levantar muros de llantas y sacar lodo con las manos. En otras regiones del estado, el panorama fue igual de complejo, especialmente en el norponiente, donde los estragos también dejaron damnificados.
Pero lo que vino después fue lo que da sentido a esta reflexión: solidaridad y trabajo, los dos sellos que definen a Chihuahua. Desde el primer momento, el Gobierno del Estado activó protocolos de emergencia, movilizó maquinaria, habilitó albergues y llevó apoyos alimentarios y materiales a las zonas afectadas. El Gobierno Municipal de Chihuahua, por su parte, declaró emergencia, atendió más de cien reportes, canalizó recursos y organizó tareas de limpieza. A este esfuerzo se sumó el Ejército Mexicano, con la implementación del Plan DN-III, desplegando elementos en puntos críticos, brindando seguridad y respaldo logístico.
Nosotros, como diputados, no nos quedamos al margen. Estuvimos en las colonias, caminando entre el lodo, escuchando a las familias y levantando gestiones urgentes. Recorrimos El Porvenir I, II y III, Los Minerales y muchas otras zonas en el norte de la ciudad, hombro a hombro con la gente. Habilitamos nuestra Casa de Enlace como centro de acopio, coordinamos con autoridades y nos aseguramos de que cada necesidad registrada tenga seguimiento.
La diputada Nancy Frías, nuestra compañera del Distrito 12, se sumó de inmediato a los trabajos. Lo mismo hizo Joss Vega en el Distrito 15, distribuyendo costales, kits de limpieza y cobijas. Carla Rivas atendió colonias vulnerables como Valle Dorado, y Carlos Olson dio seguimiento en Praderas del Sur y otras áreas del Distrito 17. En Ciudad Juárez, donde también se presentaron afectaciones, la diputada Xóchitl Contreras no solo acompañó recorridos y entregó ayuda, sino que exigió que se cumpla con lo que le corresponde al municipio en materia de drenaje e infraestructura.
No se trata de protagonismos. Se trata de estar donde se tiene que estar, cuando la gente más lo necesita. Y eso es lo que hemos hecho.
Porque la política no debe estar en un escritorio ni en un boletín, sino en la calle, en el rostro del niño que perdió su colchón, en la voz de la madre que sigue sacando agua de su casa, en el abrazo solidario del vecino que presta su azadón.
Este momento nos recuerda que no hay color partidista que valga más que la vida y la dignidad de las personas. Que si algo debe unirnos, debe ser el compromiso con lo común. Las tragedias no deberían ser la única ocasión para lograrlo, pero cuando suceden, nos ponen en el camino correcto. Y ahí debemos quedarnos.
Hoy toca seguir reconstruyendo, no solo calles y viviendas, sino también confianza. Lo que se ha hecho es valioso, pero lo que viene es aún más importante: no soltar la mano de quienes perdieron algo o a alguien, y asegurarnos de que, como ciudad, aprendamos, mejoremos y avancemos juntos.
Porque Chihuahua no se rinde. Y si algo nos ha enseñado esta tormenta, es que la fuerza más grande que tenemos es la que compartimos.