
Listas para cruzar a la frontera las primeras 70 mil cabezas de ganado
El Estado conocerá todo de todos. Con el pretexto de ofrecer la seguridad que durante el gobierno de López Obrador no logró, Morena propone una estrategia intrusiva, donde lo privado se reduzca a la nada. En seis leyes reformadas en solo 10 días, el país se militariza, los medios de comunicación tendrán sobre su cabeza la posibilidad de ser silenciados y la intimidad quedará en manos del gobierno.
La llave para entrar en la vida de los mexicanos será la CURP; en la pantalla de un burócrata convertido en espía y sin dar explicaciones a nadie, se desplegarán los datos más íntimos del ciudadano elegido. Desde el color de su iris hasta los trámites que ha realizado en cualquiera de los órdenes de gobierno. La intromisión incluye expedientes médicos y, por supuesto, lo relacionado con propiedades, cuentas bancarias, deudas y viajes en el país o el extranjero. Con la misma clave, y sin la intervención de un juez, la compañía telefónica dará al “Big Brother mexicano” acceso a los datos y registros del celular espiado, y por si fuera poco, la ubicación en tiempo real de su dueño y de quienes lo acompañan.
No hay posibilidad de defensa, el Poder Judicial Federal fue desmantelado, la Ley de Amparo fue mutilada y reducida a temas de menor importancia. Tampoco hay esperanza de que el régimen recapacite y dé pasos atrás. No hay pudor en los gobernantes; la soberbia y el clima de polarización los hace festejar la destrucción de las instituciones que los llevaron al poder. Lejos quedaron los días en los cuales reclamaron órganos autónomos que sirvieran de contrapeso al presidencialismo o aquellos en los cuales Porfirio Muñoz Ledo o Juventino V. Castro apoyaban las reformas en materia de derechos humanos que se votaron con PRI y PAN durante el sexenio de Felipe Calderón.
Los medios de comunicación resienten la andanada del régimen. La nueva ley de telecomunicaciones y radiodifusión es un salto atrás y nos regresa a los tiempos del poder que silenciaba a los críticos. La marca de la casa es reprimir, pero ahora con instrumentos legales obtenidos a la mala. A Morena le molestan las libertades, y prueba de ello es la salida de casi cincuenta analistas y críticos que tenían altos ratings en radio y televisión.
Es una estrategia que se ejecuta de manera tenaz y que incluye el adoctrinamiento de los escolares, la producción de infumables bodrios televisivos donde se lanzan loas a las figuras del régimen y la edición de los libros que gustan a los ideólogos del movimiento.
El fantasma de Althusser flota en Palacio Nacional, San Lázaro y Paseo de la Reforma; los aparatos represivos e ideológicos del estado afilan sus dientes para sostener el régimen totalitario que nació en lo que se esperaba un prometedor siglo XXI.
P.S. Louis Althusser, filósofo marxista que agarró a martillazos a su esposa y terminó en la casa de la risa.