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Publican primeras listas de aspirantes a juzgadores
Ángeles nació en Zacualtipán, en 1868, hijo de un republicano que luchó contra el Imperio y fue un personaje político en la sierra hidalguense. El futuro general siguió los pasos de su padre e ingresó al Colegio Militar, donde se convirtió en artillero. Su preparación, en un futuro, lo convertiría en un personaje decisivo para el movimiento armado. A su expertise se atribuyen grandes triunfos del villismo, primero contra Huerta y después en la campaña que enfrentó al bando constitucionalista.
En fecha reciente y bajo el sello de Panorama se reeditó “El General Felipe Ángeles, su glorificación”, un rescate de una obra que vio la luz en 1944 y que relata el traslado de los restos mortales del militar de Chihuahua, donde fue fusilado, a su natal Hidalgo.
El libro tiene varios aspectos de interés para el lector. De inicio, la narración del traslado y los personajes que aparecen en la travesía. Hay fotografías, transcripciones de discursos y reproducciones de oficios que constituyen una valiosa aportación a la historiografía. Algo más singular y digno de mención es la construcción de la decisión política para exhumar, honrar y llevar a Pachuca los restos del héroe que fue fusilado durante el gobierno de Carranza, más aún cuando algunos personajes que participaron en aquellos trágicos momentos eran protagonistas del momento.
Gobernaba Ávila Camacho y eran los días de la Segunda Guerra Mundial; en ese momento México todavía no entraba en el conflicto, pero todo indicaba que era inevitable su participación. El presidente, tal vez por la tempestad que aparecía en el horizonte, inició la tarea de reconciliar al país y en particular a la familia revolucionaria. Es famosa aquella fotografía de los expresidentes vivos frente a Palacio Nacional. Una verdadera proeza colocar juntos a personajes como Cárdenas y Calles.
El libro es posible gracias a Cesar Gómez Ángeles, custodio del texto original y de la memoria de su ilustre antepasado, y del historiador hidalguense Marco Antonio Mendoza Bustamante, quien encabezó el proyecto bibliográfico y junto con la editorial preparó los textos que ahora son un valioso rescate.
Ángeles, víctima de una traición, fue capturado en la Sierra de Chihuahua. Sus diferencias con Villa lo llevaron al exilio y su retorno al país le costó la vida. Lo presentaron de manera ilegal a una corte militar; había renunciado al Ejército. No valieron ni pruebas ni alegatos; desde el centro llegó la instrucción de la ejecución.
Por cierto, en el expediente del juicio, es fácil descubrir que Carranza se pasó por el arco del triunfo las resoluciones de un juez de amparo que ordenó detener la ejecución. Actitud muy parecida a la que ahora asumen los poderes ejecutivo y legislativo con relación a los mandatos del poder judicial.
Nos queda, de aquellos días, otro aprendizaje: el maximato es incompatible con el presidencialismo.